RUS San Juan. Esperando a la Guagua

Contexto. San Juan de Puerto Rico

La sociedad puertorriqueña es un claro modelo de sociedad de consumo radical, donde el ciclo metabólico de ingesta, digestión y excreción de mercancía susceptible de ser consumida se presenta de una manera pornográfica. Puerto Rico figura entre los sitios de más riqueza de América Latina y produce más basura por persona que casi cualquier otro país del mundo  –más de 800 kilos al año–. Gran parte de esa basura termina atascando cauces de los ríos en los bosques tropicales y otros sitios apartados de la isla. Pero la verdadera paradoja de esta problemática con la basura es precisamente que en Puerto Rico no existe la basura. Hay una total desconexión entre la basura y los puertorriqueños, nadie sabe qué ocurre con la basura que se produce. Esta despreocupación afecta a la manera de entender la ciudad y lo que somos.

De la misma manera que un sistema de gestión de residuos diluido tiene un reflejo individual en forma de desinterés fuera del ámbito privado, un sistema de transportes ineficaz debilita la actividad pública. Este fue el otro sistema basura que se abordó en el proyecto. El sistema de transporte público, que debería ser una alternativa real al coche privado y por lo tanto un motor de actividad y relación social, acaba resultando sin embargo un factor disuasorio debido a su ineficacia, forzando a sus aguerridos usuarios a esperas inciertas e interminables. Dicho tiempo de espera es un tiempo perdido o basura, asimilado como natural. El proyecto abordó el tiempo basura como una oportunidad de intervención, de encuentro y sobre todo de acción en el espacio público.

Al no existir Centro Cultural de España en San Juan, se trabajó con el Museo de Arte Contempoáneo[1] –MAC– desde donde se coordinaron todas las actividades y se estableció la red local.

Proyecto. Esperando a la Guagua

El objeto principal de estudio y acción de RUS San Juan era el uso que se genera en el espacio público ligado a la movilidad en la ciudad. Se propusieron sistemas de activación de esos espacios  tomando como material de trabajo residuos generados por la propia ciudad. De esta forma se mostraba de manera directa parte de lo que somos.

Investigación
Se elaboró un análisis del espacio público en el barrio de Santurce, articulado en torno al sistema de transporte público principal –la guagua[ref]Autobús[/ref]– y su conexión con los puntos clave de la ciudad a través de su red de paradas. Tomando como marco la Avenida Ponce de León, calle principal del barrio, se estudió y documentó el funcionamiento del sistema de comunicación –que no deja de ser un reflejo del uso que se da al espacio público– y las relaciones que establecen los puntos de conexión de la red con el entorno.

Esta investigación se realizó en colaboración con el colectivo CiudadLab y un grupo de estudiantes de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Puerto Rico.

Intervenciones urbanas en cinco paradas. «Esperando a la Guagua»
El eje principal de RUS San Juan, lo protagonizaban cinco intervenciones en cinco paradas de guaguas del barrio, a lo largo de la Avenida Ponce de León. Aprovechar el tiempo aparentemente perdido que se gasta esperando a la guagua podía convertirse en una oportunidad para generar espacios de acción como por ejemplo escuchar o pinchar música, leer y reflexionar, intercambiar objetos, conocer a otras personas o, simplemente, descansar de una manera más agradable. Se abrió para ello una convocatoria a diferentes artistas y colectivos locales que de alguna manera u otra trabajan y son parte activa del contexto social y cultural de la ciudad de San Juan.

La parada y el tiempo de espera –tiempo basura la mayoría de las veces– se convierten en un espacio que podríamos denominar «de borde» en tanto que se encuentra fuera de la lógica de consumo y de las dinámicas generales de la ciudad. El proyecto entendía esta realidad como un espacio de posibilidades con enorme potencial tanto para la reflexión como para la acción directa que se manifestó en formas alternativas de socializar y habitar el espacio.

Estas fueron las intervenciones realizadas a lo largo de una semana:
Parada 18 por el artista sonoro Fabián Wilkins.Instalación participativa a través de la cual el artista invitó a las personas a participar en la creación de piezas sonoras con objetos ordinarios y reciclados.
Parada 15 por la compañía de teatro «Y no había luz». La parada sirvió como escenario donde convivieron diferentes personajes teatrales. La prostitución de la zona y el humor hicieron acto de presencia.
Parada 18 por «Desayuno Calle».Con el propósito de retomar el espacio público, darle vida y fomentar el intercambio social, se realizó un desayuno ciudadano colectivo y participativo  organizado.
Parada 20 por el grupo de artistas, Radamés Figueroa –Juni–, Esteban Gabriel, Tara Rodríguez y Mariana Roca. Los artistas construyeron un jardín utilizando materiales reutilizados y plantas naturales planteando un espacio de escape y una experiencia de descanso.
Parada 22 por el colectivo de arquitectos Task. El proyecto mejoró la parada creando mobiliario urbano más cómodo. Amplió el espacio de encuentro, incorporó aire ventilado impulsado mecánicamente y otros complementos para estar más cómodos, leer y hablar con los demás mientras se espera.
Parada 18 por la artista Carolina Caycedo. La parada se utilizó como espacio para el trueque. La acción proponía un intercambio de saberes, ideas, proyectos y objetos entre personas.

Talleres
De forma paralela, se desarrollaron unos talleres en los que se trabajaron diferentes modelos de colonización del espacio público a través de residuos previamente seleccionados.

Sistemas Móviles Alternativos. Coordinado con Larregui y LIJAC.
En el contexto social del Caño Martín Peña, una barriada popular construida sobre la propia basura acumulada en el caño y situado en los márgenes del barrio de Santurce, se propuso trabajar con la fuerte comunidad existente para reexplorar el barrio con otra mirada, reconocer los residuos producidos por la comunidad y hacer de ellos una oportunidad lúdica de trabajo y de pertenencia al lugar. La idea era promover sistemas alternativos de movilidad a partir de los residuos para apropiarse del lugar y poner en valor los espacios comunes.

Sistemas Domésticos de Mobiliario portátil. Coordinado con Oscar Oliver y Marcelo López de CiudadLab y ArqPoli.
La apropiación puntual del espacio público mediante mobiliario individual y efímero por parte de los ciudadanos es una práctica habitual que merecía la pena ser desarrollada. Proponer sistemas de mobiliario doméstico a partir de desechos que se puedan transportar con la flexibilidad y comodidad adecuada fue el objetivo de este taller.

MATERIALES
Neumáticos, palés, envases, etc.

FECHAS
Ejecución: 21-26 septiembre de 2009.
Producción: 14-20 septiembre de 2009.
Viaje previo: julio 2009.

COLABORADORES LOCALES
Andrea Bauzá
Arquitecta, coordinadora de "Desayuno Calle".
Colectivo CiudadLab
Oscar Oliver y Marcelo López (Escuela de Arquitectura y editores de la revista "Polimorfo").
Carolina Caycedo
Artista multidisciplinar.
Radamés Figueroa (Juni), Esteban Gabriel, Tara Rodríguez y Mariana Roca
Artistas multidisciplinares locales.
Y no había luz
Compañía de teatro.
Fabián Wilkins
Artista sonoro.
Task
Colectivo de arquitectos.
Larregui
Artista y músico.
LIJAC
Líderes de Jóvenes en Acción.

ACTIVIDADES
Talleres de colonización de espacios públicos.
Intervenciones en paradas "Esperando a la guagua" a lo largo de la avenida Ponce de León.
Desayuno Calle. Desayuno colectivo e inauguración de la exposición sobre RUS San Juan en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC). 26 septiembre de 2010.
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