CONTEXTO
La red de centros CeCrea de Chile son, como ellos mismos se definen, espacios en los que niñas, niños y jóvenes desarrollan su derecho a imagina y crear. Inaugurados a finales del 2015, la red de centros Cecrea se estableció en tanto en grandes ciudades como en regiones menos pobladas, como es el caso del centro de La Ligua, que da servicio a varias pequeñas poblaciones de la zona.
Este centro se estableció inicialmente en las instalaciones del Liceo de La Ligua, que debido a la progresiva despoblación de la zona, disponía de un espacio en desuso. Tras un año y medio de andanza y éxito entre la población juvenil, el Departamento de Educación y Formación en Artes y Cultura llega a un acuerdo con el Ayuntamiento de La Ligua para construir un espacio propio en el solar en el que antiguamente se situaba la estación de tren, desmantelada durante la dictadura.
Hasta ese momento el solar era empleado como parking privado de coches, un lugar que cada día se llenaba con vehículos de personas que tomaban el atobús para desplazarse a otras ciudades de alrededor. En el solar destaca sobre todo un gran ecualipto de un metro de diámetro, que es visible desde casi cualquier punto de la ciudad gracias a su gran altura y a que el solar se sitúa en un cerro de la ciudad.
Siguiendo la metodología de trabajo propia del Cecrea, el centro de La Ligua establece un proceso de escucha en el que las niñas y niños son consultados sobre sus deseos y opiniones sobre cómo debería ser ese espacio.
Además, y cómo forma de comenzar a establecer un vínculo emocional y de uso con el espacio, se promueve una actividad denominada “Primera Piedra”, cuyo objetivo es realizar un primer evento de conquista de espacio a través del trabajo colaborativo con los actuales usuario del CeCrea de La Ligua. Esta misma actividad se realiza a la vez en otros cuatro nuevos centros planeados para el 2019.
El Departamento de Educación y Formación en Artes y Cultura invita a varios artistas a coordinar y dinamizar e evento Primera Piedra, eligiendo a Basurama para colaborar en el Cecrea de La Ligua junto al personal y el equipo de facilitadores.
PROCESO DE TRABAJO
El equipo de facilitadoras del CeCrea trabajó con los chicos y chicas en diversas escuchas y conversatorios, para imaginar el nuevo centro y recopilar deseos y sueños. Las principales conclusiones de estas sesiones de trabajo fueron:
- Se desea que se mantenga el árbol en el nuevo CeCrea.
- Se desea una construcción que se relacione con el árbol, repetiéndose en numerosas ocasiones la idea de una casita en el árbol.
- Se desea algún tipo de infraestructura multifuncional para la realización de eventos, acciones, reuniones, etc., que aislen del suelo.
- Se desea crear símbolos en torno al eucalipto (árbol de los deseos).
Basurama se incorpora durante esta fase realizando un viaje previo a La Ligua para visitar el actual CeCrea, el espacio de intervención, entrar en contacto con los agentes locales, hacer un mapeo de los materiales y recursos locales disponibles, comenzar las primeras acciones y hacer un estudio de posibles intervenciones.
Durante las sesiones de trabajo con artistas y agentes culturales de la zona se incorpora a la lista de deseos el de transmitir la memoria de lo que fue y significó para los habitantes de La Ligua la estación de tren, un lugar que las niñas, niños y jóvenes no han podido conocer.
Durante el segundo viaje se trabajó más en profundidad la conceptualización de la obra en torno a la memoria del propio solar, destacando la importancia de la memoria colectiva, de conservar nuestro patrimonio histórico y darle valor, de entender los cambios de configuración de la ciudad.
PROYECTO
Tras la identificación de los materiales de residuo con los que se iba a trabajar se generó un programa de trabajo en dos niveles, uno más basado en la construcción de identidad, apropiación y pertenencia y otro centrado en la construcción física de la intervención en el solar.
En la primera fase se trabajó con restos de tejidos y telas provenientes de la potente industria textil de la Ligua con las que se hicieron banderas para, simbólicamente, tomar posesión del solar y luminarias del depósito municipal, ya que en ese momento el Ayuntamiento de La Ligua estaba en proceso de sustitución del parque de farolas de la ciudad. Se recuperaron los vidrios de las mismas y se trabajó con los recuerdos de los propios participantes, materializándolos en recuerdos encapsulados, una manera de relacionar nuestro pasado, vincularlo a la historia del solar y al mismo tiempo tender puentes a el futuro del centro y las futuras personas que lo usarán.
En la fase de intervención se diseñaron dos estructuras:
Por un lado la Estación de Recuerdos, una construcción elevada y adosada al ecualipto, construída con madera y palés encontrados en el antiguo CeCrea de Ligua basada y unas guardas camineras (lo que en España se llama quitamiedos) provenientes del depósito de vialidad de Limache. Esta construcción, de aspecto más abstracto que el de una típica casita en el árbol, evita el condicionamiento de uso doméstico y privativo que está imagen propone, intentando generar espacio más multifuncional donde la imaginación y los deseos lleven a usarlos de manera diversa: una atalaya, una casa en el árbol, un púlpito, un mirador, un escenario, un parque de juegos, un lugar para ver el atardecer, un lugar desde el que mirar los cerros…
Por otro lado se construyó un escenario, hecho con estos mismo materiales y cuyo fin es poder realizar eventos escénicos, festivales, picnics y todo aquello que los jóvenes usuarios del Cecrea de La Ligua quieran proponer.