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El contexto
A lo largo del siglo XX el modelo urbano se ha caracterizado por una presencia progresiva y masiva del uso del automóvil. Ciudades extensivas cuyo objetivo final es proporcionar la máxima movilidad para los vehículos rodados, dejando en un segundo plano al peatón, incluso en el centro de las ciudades. Lima no es una excepción. Un planteamiento urbano desbordado por la realidad, un crecimiento informal indiscriminado y una red de transporte público inexistente, suplido (y autorizado) por un transporte informal masivo (más de 500 líneas) han acentuado estas características, en las que el peatón es un elemento secundario y el espacio público se encuentra en proceso de abandono y degradación.
El proyecto RUS Lima está centrado en la recuperación de uno de los espacios más originales e insólitos de la ciudad: el tren eléctrico elevado, a su paso por el distrito de Surquillo.
Esta estructura es probablemente el residuo urbano más sorprendente de la ciudad; por su forma y presencia urbana, -una gran plataforma elevada de hormigón de 9 metros de ancho y varios kilómetros de largo sin posibilidad de acceso-pero también por su carácter icónico en el imaginario colectivo limeño. Las esperas de acero que sobresalen en los pilares apuntando al cielo son una especie de institucionalización del paisaje común en toda la ciudad, esperando eternamente “seguir creciendo”, símbolo del progreso constante…y la parálisis política.
Existe mucha polémica y controversia entorno a esta infraestructura y a su construcción: la línea 1 comenzó a construirse abruptamente en los años ochenta, durante el primer mandato del actual presidente Alan García , como parte de una supuesta (e improbable) solución global a los problemas de transporte de Lima, llamado «el Metropolitano», pero promesa tras promesa electoral de los diferentes gobiernos establecidos, nunca ha sido concluido, ni totalmente abandonado.
A parte de la necesidad de una reflexión pertinente sobre el transporte público en una extensa ciudad de 9 millones de habitantes, esta infraestructura desatendida demanda una perspectiva alternativa sobre su uso: para nosotros es claramente en un espacio público en potencia -paseo público o parque lineal elevado-, negado a una ciudad donde caminar a ras de suelo supone ser atropellado, ensordecido o al menos contaminado por los carros que la tienen tomada.
El proyecto: Autoparque de diversiones público
El proyecto RUS en Lima tomó forma a través de la reutilización de la vía del tren eléctrico actualmente abandonada.
Siguiendo la estructura básica de los proyectos RUS invitamos a la comunidad y a diversos artistas locales a activar ese espacio proponiendo una serie de atracciones y juegos, así como otro tipo de intervenciones de imaginario colectivo, que convirtieran la infraestructura del tren en un lugar lúdico y atractivo para todo tipo de usuarios. El resultado fue una clara acción de celebración del espacio público y una reflexión: un pequeño Parque de Atracciones.
En el proceso se propuso la participación activa de los diferentes actores del barrio. Tomando de partida los pocos recursos de la zona se acabó realizando toda la autoconstrucción con materiales reutilizados. En este caso fueron principalmente piezas de coche y neumáticos como forma de refexión paradójica al respecto del transporte público y privado.
La Exposición
El 5 de febrero al de marzo de 2010 se inauguró la exposición del proyecto RUS Lima en el Centro cultural de España en Lima. La exposición recogía una recopilación de los proyectos realizados por Basurama en latinoamérica dentro del marco de los Residuos Sólidos Urbanos con una especial atención al proyecto de Lima.
Paralelamente a la exposición de este proyecto se analizaban a través de textos, vídeos e imágenes, problemáticas urbanas de la ciudad centradas en la gestión de residuos y las carencias del espacio público.