Entre el 19 de novimbre de 2013 y el 12 de enero de 2014 se expueso en el Centre d’Arta Santa Monica (CASM) de Barcelona la exposición ‘Un dilema. L’art contemporani i la inversió en la incertesa’- Un Dilema. El arte contemporáneo y la inversión en la incertidumbre.
Comisariada por Jeffrey Swartz, es una exposició comissariada per Jeffrey Swartz que se ha organizado con la voluntad de visualizar la tarea que llevan a cabo los centros de la Xarxa de Centres i Espais d’Arts Visuals de Catalunya , la cual está formada por Lo Pati, Centre d’Art de les Terres de l’Ebre; Fabra i Coats de Barcelona; Bòlit, Centre d’Art Contemporani de Girona; Tecla Sala de l’Hospitalet, el Centre d’Art La Panera de Lleida, el MAC de Mataró, el centre d’Art de Tarragona y la ACVIC de Vic.
El título ‘Un dilema . L’art contemporani i la Inversió en la incertesa ‘ , está inspirado en las ideas del economista sueco Gunnar Myrdal sobre el sentido económico del riesgo y la incertidumbre. Los trabajos que se muestran en ofrecen obras que ejemplifican las diversas corrientes creativas actuales a partir de artistas que han pasado en los últimos años por los centros de la Xarxa d’Arts Visuals de Catalunya.
Basurama estuvo presente por partida doble: con los talleres de neumáticos que hemos hecho en La Panera y con la versión para exposición de la obra que produjimos este verano de 2013 en la residencia de artistas Baladre, de Lo Pati, junto con Eva García Pérez; «25 experimentos emocionales para testear la respuesta del paisaje a propuestas de ocio menos consumistas», cuya versión web podéis ver en: http://ociomenosconsumista.tumblr.com/
Los artistas participantes son:
Francesc Abad, Basurama, Ro Caminal, Curro Claret con Arrels Fundació, Raimond Chaves & Gilda Mantilla, Democracia, Raquel Friera, Ana Garcia-Pineda, Martí Guixé, Núria Güell con Juanjo Garfia,Les Salonnières, Antoni Llena, Antoni Marquès, Josep-Maria Martin, Mariona Moncunill, Sofia Mataix & Miquel Ollé, Antonio Ortega, Gabriel Pericàs, Tere Recarens & Özay Sahin, Francesc Ruiz, Mireia Sallarès y Ivó Vinuesa, entre los que se encuentran algunos muy admirados por nosotros. Ya sabéis cuáles son 😛
La exposición suscitó en su día mucho debate y crítica en el panorama local.
A esa crítica contribuimos con un texto para el catálogo que nunca termina de llegar, que puedes leer aquí:
Nos preguntamos… ¿Qué será un centro de producción de arte?
Un día nos llaman para invitarnos a participar en una exposición en Amposta, Tarragona. Una buena muestra, un centro desconocido para nosotros, pero seguro interesante… una gran alegría.
Además, nos proponen hacer una estancia en su residencia para artistas, casi como una forma de completar el pago por la participación en la muestra. Eramos algunos de los pocos artistas de la muestra -comisariada perdiendo dinero por Albert Mtnez. López-Amor- cuya obra no estaba en las colecciones de los centros catalanes que, asociados en sus varias redes, cederían gratis sus piezas a la exposición.
Atención, obras icónicas para la historiografía del arte catalán, desde Joaquim Vayredá a Fontcuberta, cedidas -con su gestión, su transporte, sus seguros, etc.- a un centro de arte situado en una ciudad de 18,000 habitantes, en el más remoto sur catalán.
Un centro de arte que consiste en una sala de menos de 200 m2, adjunta a un museo típicamente «provincial», con un leve equipamiento museográfico -proyectores, luces, plintos y mesas-, y una plantilla reducida al mínimo: un director y una becaria. Un director que ganó su concurso público a cambio de contratos renovables anualmente, un sueldo ridículo y unas condiciones que no le permiten más que dedicarle media jornada. Un director que tiene que hacer de transportista, montador y gestor.
La residencia para artistas «Baladre», está localizado en Balada, un núcleo habitado por un número variable entre 4 y 12 personas, partido al medio por la frontera entre Amposta y Sant Jaume d’Enveja, rodeado de arrozales hasta donde alcanza la vista. El edificio alguna vez iba a estar dedicada a un centro de producción de alfarería, consta de un baño, una sala donde dormir con cocina y nevera incluida (con un imprescindible aire acondicionado), un patio y otra estancia enorme, de techos altos, que no tiene más equipamiento que el lujo del espacio. Eso y la fantástica cocina del director del centro de arte, si tienes suerte. Sin embargo, este centro está ocupado muchas semanas al año. Sin duda el entorno resulta seductor, y probablemente es el mayor valor añadido que le aporta al creador. Nosotros recibimos 1000 euros por ceder 5 fotos enormes, transportarnos y vivir en la residencia dos personas durante una semana, y producir una obra licenciada en creative commons que consta de 25 vídeos, que ya ha sido expuesta en dos ocasiones. El equipo y el montaje de vídeo corren de nuestra parte, por supuesto. Además, de aquella residencia surgió el re-estreno en Madrid, en el Campo de Cebada de la peli «Se Fa Saber», documental sobre la vida en aquella región.
¿Así las cosas, podría alguien decirme por dónde se podría recortar? Como acabamos de relatar, con la precariedad total lográbamos producir situaciones interesantes, y de una rentabilidad astronómica, así que suponemos que el único objetivo de los recortes es dejarnos bajo cero, allá donde ya no podamos existir, ni en Cataluña ni en ningún sitio.
Eso es una certeza.
No hay inversión en incertidumbre, hay inversión en certeza: «se acabó lo que se daba»