Basurama ha sido seleccionado como uno de los 18 casos de estudio del “Documento de discusión” de la 6ª Cumbre Mundial de las Artes y la Cultura. http://artsummit.org/programa/investigacion/
La Cumbre es un encuentro global de políticas culturales organizado por la Federación Internacional de Consejos de las Artes y Agencias Culturales (FICAAC) y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) del Gobierno de Chile, que ha reunido en Santiago a representantes de Ministerios y Consejos de las Artes de más de 80 países.
Describa los principales objetivos de su proyecto y/u organización
Basurama ejerce de plataforma para la realización de proyectos relacionados con la creación y con la basura, entendida en su sentido más amplio, a partir de la reutilización de materiales y procesos de alta complejidad social. Trabaja en ámbitos culturales y sociales muy diversos como la gestión cultural, la producción de conocimiento compartido, la práctica artística como herramienta de transformación, la construcción de espacio público, el empoderamiento y la autonomía de comunidades, la formación y la reflexión crítica de la sociedad de consumo desde la proposición activa. Atraviesa múltiples disciplinas y conecta ámbitos de profesionalidad que no suelen trabajar juntos.
¿Qué contexto y/o acontecimiento incentivó la creación de su organización y/o proyecto?
Nació en el contexto universitario (Escuela de Arquitectura de Madrid, 2001) y las ganas de desbordarlo y compartir conocimiento, en un tiempo de máxima autoría, soledad e individualismo, en el que la heroicidad del arquitecto estrella era el ejemplo a seguir
Nuestro deseo era la puesta en crisis de un modelo que considerábamos obsoleto, y de la necesidad de generar preguntas acerca de nuestra realidad más cercana. Basurama se propuso rápidamente como espacio de aprendizaje no formal, colectivo y compartido con otros, convirtiéndolo en un dispositivo eternamente mutante, para irse adaptando a las distintas situaciones con las que se cruza, tanto eventos locales como contextos y coyunturas históricas y económicas.
La basura fue el punto de partida. La basura es transversal, democrática, unificadora y ante todo es un recurso al alcance de todos, de fácil acceso y de enorme potencial creativo. Cuando colocamos el residuo en el centro de nuestro discurso nos interesa como herramienta, como materia de creación y como mecanismo de reflexión sobre lo que somos (como personas, como comunidad, como sociedad…). Es una manera de cuestionar las propias estructuras en las que nos integramos con la intención de buscar alternativas.
A su juicio ¿Cómo su proyecto y/u organización busca contribuir al tema de la cumbre mundial?¿De qué manera se relacionan con estos acontecimientos? Basurama pretende contribuir constantemente a la ubicación de las artes, la creación y el pensamiento en la vida. Pretende colonizar los campos donde quiere trabajar, en lugar de trabajar desde un campo dado, sea la arquitectura, el arte, la ecología, la cultura o la industria cultural. Pensamos que todas las manifestaciones culturales pueden hoy en día contribuir a la construcción de un mundo mejor aplicando sus propias coordenadas y herramientas. No es que el mundo sea mejor porque podamos dedicarnos a crear, si no porque entendemos el arte como una vía al conocimiento, como una manera de hacerse preguntas y fabricar conocimiento colectivo que puede resultar muy útil y placentera.
El arte tiene que poder relacionarse con los retos que lanza el tiempo actual desde un pensamiento «fuera de la caja» que se adelante a sus posibles consecuencias, proponiendo alternativas viables construidas por y para todos.
De acuerdo a su experiencia ¿Cómo la cultura y las artes contribuyen a la superación de las problemáticas que dieron origen a su proyecto?
En general, el arte se ha relacionado con el medioambiente conduciendo a un mayor cuidado por el mismo. Desde ese punto de vista, algunos trabajos artísticos (Land- Art, Joseph Beuys, etc.) han planteado formas de vida muy importantes para la pujanza del movimiento medioambientalista. Sin embargo, nosotros proponemos formas de vida de bajo consumo, que proponen una visión de la ecología más basadas en la vida y los humanos que en la naturaleza, operando sobre los procesos productivos, las ciudades y cómo nos relacionamos con ellas. Pensamos que la gran ampliación que ha supuesto la apertura de la arquitectura para convertirse en un proceso colectivo abierto ha resultado muy útil para proponer muchas herramientas accesibles que nos permiten gestionar nuestras propias vidas. Además, la gran variedad de nuestra producción, nos permite operar sobre los imaginarios colectivos, modificación imprescindible para inventar un mundo nuevo y mejor.
¿Qué condiciones y características debe tener un espacio para ser creativo?
Debe ser un espacio donde se permitan desarrollar las confianzas, tanto en una misma como en los demás: creando colectivamente, esa confianza se va desarrollando. Debe ser un espacio abierto y flexible, que pueda ser modificado, explotado y apropiado por todos aquellos que lo necesiten. De esa manera, creamos espacios que son un recurso común, donde hacemos una la cultura que sea entendida, producida y creada como un bien común
Debe ser un espacio sin jerarquías, donde cualquiera pueda aportar su riqueza, conocimientos, creatividad y saberes desde su lugar.
Respecto a los lugares donde se desarrolla su proyecto ¿Qué importancia tienen la infraestructura y el espacio urbano/rural para su realización? ¿Han incidido en la realización de las actividades?
Tienen toda la importancia, son el punto de partida, el medio y el fin del proceso. Incluyendo en el espacio a las personas que habitan y se relacionan en él. Cuando hablamos de «construir ciudad» desde abajo, hablamos de construcción física real por parte de los ciudadanos, con sus propias manos y herramientas, de la ciudad, de sus espacios públicos, de la calle.
Para nosotros el espacio urbano y sus infraestructuras son el material de trabajo, no nos interesa construir algo nuevo desde cero. Trabajar con lo existente y otorgarle el máximo de posibilidades, es decir reutilizarlo potencialmente, en favor de un espacio mejor, de una ciudad más habitable. Trabajar con la infraestructura como eje central del proyecto (ejemplo RUS Lima) implica cuestionar la propia estructura dotandole de otros usos posibles o potenciando los menos impositivos. Trabajar con lo existente, transformarlo, repensarlo, no construir algo nuevo, es una manera de redescubrir tu ciudad, de apropiarse y soñar con lo imposible a través de lo posible.
Según Usted ¿Cuáles debieran ser los principios esenciales de un modelo de desarrollo cultural innovador?
Debería estar basado en un proceso recursivo, en el que la construcción de hegemonías, lenguajes preeminentes, «estrellas», «mainstream» y modas pueda estar revisada constantemente desde abajo. Debe ser un modelo que permita el desarrollo económico y personal de todos los creadores, sabiendo que creador es todo aquel que desee serlo, y todos aquellos que de hecho contribuyen a la modificación de su entorno físico, social y vital. Un modelo que apoye a todos aquellos que construyen la cultura de un entorno, desde una definición muy amplia de cultura, poniéndose a su lado más que marcándoles el camino.
De acuerdo con los objetivos de su proyecto, ¿quiénes son los principales beneficiados?¿Qué resultados han visto en la comunidad tras su puesta en práctica? Por favor, mencione algunos ejemplos
Nuestros beneficiarios siempre son dobles: la comunidad que recibe/ construye un proyecto, junto con el «público» del mismo, que no tiene porque ser la misma comunidad. A ese «público» accedemos por internet y por medios de comunicación tradicionales, o yendo a sus campos a trabajar: el medioambiente, la arquitectura, las infraestructuras, la gestión urbana, la gestión de residuos, la pedagogía, la industria cultural…
Como impactos, hemos visto, sobre todo, nuevas formas de mirar el mundo. Algunos de nuestros proyectos han parido hijos directos, y sabemos que nuestros materiales y propuestas han sido replicados también en situaciones muy diversas alrededor del mundo. Sin embargo, pensamos que lo más interesante resulta nuestra contribución a una forma actual de proponer, preguntar y vivir el mundo que está funcionando de manera relativamente eficaz.
Por ejemplo en el proyecto de Autobarrios en un barrio a las afueras de Madrid. Comunidad local: Grupo motor de adolescentes, asociaciones sociales del barrio, dinamizadores sociales, empresas locales y el ayuntamiento del distrito. Público: vecinos del barrio, estudiantes de arquitectura, interesados en transformación urbana, etc..
¿Qué importancia cree que tiene el trabajo en red para su proyecto y/u organización?
Es la clave, vivimos en red, somos un nodo. Se terminó la lógica del artista solitario, por supuesto, pero también la de la «camarilla» exclusiva y elitista. Todos estamos en una sola red, internet, donde puede haber Open Data, cruces de prácticas, vidas, redes, etc. Lo complejo es saber utilizarla en todo su potencial.
La red como escenario horizontal de trabajo. Nuestra práctica la planteamos en términos de colaboración directa con otros artistas/agentes/colectivos, con el objetivo de avanzar y aprender juntos y llegar a lugares nuevos. Así se genera un primer enjambre de red que se va multiplicando con la práctica colaborativa.
Respecto de su conocimiento del proyecto ¿Cuáles han sido las experiencias o hitos más importantes?
El desborde universitario fue clave para entender que el aprendizaje estaba en nosotros y en nuestra forma de vivir y de relacionarnos con otros.
La fuerza de la acción directa y su efecto en la realidad local nos hizo conscientes del poder del arte como herramienta transformadora, como por ejemplo ocurrió con una de nuestras primeras acciones públicas ante un conflicto urbano en la ciudad de Madrid: la construcción de una megaestrucutra urbana y sus consecuencias sociales y medioambientales (Vídeo «Yo amo M30»).
Y sobre todo, nuestra experiencia latinoamericana: el proyecto de arte público RUS (Residuos Urbanos Sólidos). Éste abordaba de manera directa conflictos del espacio público en las grandes ciudades latinoamericanas, los procesos relacionados con los desechos y sus protagonistas los recolectores, y el aprendizaje vital con las decenas de colectivos y artistas locales con los que trabajamos en red para llevar a cabo los proyectos en 14 ciudades distintas.