Southwark: Our Park

Espacio público
Philadelphia, Estados Unidos
2018
Pupitres.

Proyecto

El proyecto se basa en una estrategia de colonización del espacio a través de la inserción de múltiples elementos que generan diferentes relaciones con los elementos presentes en el patio, generando espacios intersticiales más adecuados a la escala humana y a las actividades que se quieren desarrollar.

Tras una investigación exhaustiva sobre los materiales que pueden ser empleados en el proyecto se opta por trabajar con los pupitres que el colegio tiene almacenados en su sótano. La dureza intrínseca de estos pupitres garantizan la durabilidad del proyecto y su resistencia a los elementos exteriores, aunque si hay algo que puede garantizar la durabilidad de un objeto es la fuerza de la propia comunidad que lo ha construido y desea cuidarlo.

Así, todos los elementos comparte un lenguaje común y similares técnicas constructivas, lo que contribuye a armonizar el aspecto final del proyecto y facilitar el proceso constructivo comunitario.

Con diferentes apariencias formales, cada uno de las piezas realizadas genera áreas de descanso y espacio para la vegetación y el cultivo. El tamaño y la altura máxima de los elementos son el resultado del compromiso entre la escala del adulto y la del niño. De esta manera los diversos elementos de la intervención proponen una situación de encuentro y estancia para los mayores y a la vez un elemento de juego y exploración física para los pequeños.

A esta intervención se superpone el trabajo mural del artista James Dunn, quien creó con la comunidad una serie de mini murales inspirados en conversaciones sobre cómo unir las diversas culturas del vecindario.

 

Contexto

Desde hace varios años Mural Arts Philadelphia promueve proyectos de mejora del espacio urbano del sur de Philadelphia a través de procesos de transformación comunitaria. Entre ellos cabe destacar por su complejidad y riqueza el proyecto de transformación del patio de la Escuela Elemental Southwark, producto de la colaboración entre la iniciativa Environmental Justice, Trust for Public Land y Southwark School.

En este proyecto se reúnen diversos agentes del entorno de la escuela: vecinos, estudiantes, maestros, padres y diseñadores y artesanos de la zona, para construir un entorno de aprendizaje verde y sostenible.

Los arquitectos Gamar Markarian y Mateo Fernández-Muro plantearon un proceso de participación a través del juego con el objetivo de romper barreras respecto a lo que un espacio de encuentro puede ser.

 

Proceso de trabajo

Tras la culminación del diseño del patio principal del colegio se presentaba un tiempo de espera de dos años hasta que el proyecto quedara ejecutado y pudiera ser dinamizado por la comunidad del colegio. Ante esta perspectiva y con el objetivo de seguir fortaleciendo los lazos entre los miembros activos de este grupo, Mural Arts propone darle continuidad al proceso a través de la gestión de un proyecto de mejora del patio delantero del colegio, al que fuimos invitados como responsables de acompañar a la comunidad en todo el proceso de codiseño y construcción.

Así, nuestro trabajo comienza en febrero de 2018 con una serie de encuentros en los que poco a poco fuimos conociendo el contexto del sus de Philadelphia y las complejidades de llevar a cabo un proyecto en un colegio de los Estados Unidos.

Nuestras conversaciones con el grupo de trabajo fueron abordando diversos temas relaciones con el proyecto, tales como la calidad del espacio, los posibles usos y necesidades, la necesidad de incluir vegetación en el patio o las posibilidades que ofrecían los materiales disponibles.

Tras un proceso no especialmente lineal, en junio de 2018 se llevó a cabo una primera fase de construcción en la que testamos no sólo la calidad de los diseños realizados y nuestras capacidades constructivas, sino también nuestras relaciones y nuestra capacidad para trabajar juntos.

Aunque el objetivo era modesto en cuanto al tamaño del proyecto, esta fase fue muy importante para la construcción de unos lazos de confianza, tanto internos como externos.

En septiembre de 2018 se llevó a cabo una segunda fase de construcción más ambiciosa que la anterior, en la que se aplicó el aprendizaje obtenido en la fase anterior para transformar el espacio de entrada del Southwark School en un lugar para el encuentro tanto de padres y madres como de hijos.

Siguiendo siempre una metodología de mediación donde primaba la pausa, la relajación y la celebración, el proyecto contribuyó principalmente a dar visibilidad a las mujeres de origen mexicano y birmano que viven en la zona, personas muy activas en la vida comunitaria del colegio que sin embargo, debido a sus circunstancias legales, carecen de oportunidades de crecimiento.