RUS Cairo: luces de Ramadán

RUS
El Cairo, Egipto
2012
Bolsas de plástico. Bolsas de plástico.

Imágenes del proceso
Imágenes del proyecto

Proyecto:

Taller de diseño y construcción de prototipos de bajo presupuesto para la activación y cualificación de espacios públicos en la ciudad de El Cairo.
El taller estaba dirigido a jóvenes profesionales egipcios, principalmente arquitectos y artistas urbanos.
El proyecto culmina con la implantación del prototipo en dos entornos urbanos con el fin de comprobar la viabilidad, funcionamiento e interacción del objeto con el espacio público.

Vídeo de la intervención:

Contexto y proceso:

El proyecto RUS Cairo comienza en la primavera de 2011. La asociación egipcia Elnamla contacta con Basurama para la realización de un taller de una semana sobre espacio público.

Tras las protestas producidas el 25 de enero de 2011 la situación en las ciudades de Egipto cambia radicalmente, la policía, agente legislador (y restrictor) del espacio público, desaparece y por primera vez en mucho tiempo la gente empieza a vivir las calles con plena libertad.

La situación en El Cairo es excitante, la energía desborda la ciudad, estudiantes, artistas, comerciantes, etc. redescubren las posibilidades de ese espacio virgen y empiezan a ocuparlo de mil maneras distintas.

Estas “invasiones” responden a impulsos y esfuerzos individuales algunas aceras se ven ocupadas por puestos de venta informales que se esponjan con el paso del día y se contraen al final de la noche, con el paso del tiempo algunos puestos llegan a convertirse en espacios de venta permanentes, en otras ocasiones comercios estables devoran metros de acera para ampliar unos cuantos pasos su fachada.

A su vez grupos de vecinos se autoorganizan en los espacios residenciales para mantener la seguridad en las calles, lo que nace desde una necesidad acaba convirtiéndose en un momento de encuentro colectivo, de las rondas de vigilancia se pasa a las sillas en la calle y en poco tiempo al disfrute ocioso en comunidad (proyecciones de películas, té, juegos de cartas, etc.).

El Cairo bulle.

En estas circunstancias y tras el primer taller de exploración se plantea la posibilidad de llevar a cabo una intervención que sirva para testar el espacio público, una intervención que involucre a jóvenes profesionales de diferentes ámbitos que serán responsables de la gestión, construcción y animación de estos espacios.

Nace RUS Cairo.

El proyecto RUS Cairo se apoya en las aptitudes para cambiar las actitudes. Demostrar que es posible habilitar un espacio público abandonado o infrautilizado a través del esfuerzo colectivo y los recursos locales. Construir elementos urbanos de uso comunitario a través de técnicas constructivas sencillas y materiales de bajo presupuesto.

Para ello se organiza un taller destinado a jóvenes profesionales cairotas, artistas y arquitectos, futuros responsables de la edificación y uso del espacio público de la ciudad.
El taller tiene como objetivo el diseño y construcción de una estructura de carácter urbano que pueda ser implantada en lugares con distintas características. Esto exige una pieza de escala urbana, capaz de ocupar grandes superficies, pero a la vez fácil de transportar y montar.

A su vez el diseño ha de estar construido con materiales de bajo presupuesto y técnicas constructivas sencillas que permitan su reproducción, mejora o reparación sin necesidad de grandes inversiones de dinero.

El workshop se divide en 3 semanas: la 1ª primera semana centrada en la experimentación, ideación y diseño de un prototipo, la 2ª en la construcción del objeto y la 3ª en la implantación del prototipo en diferentes entornos urbanos con el fin de comprobar la viabilidad, funcionamiento e interacción del objeto con el espacio público.

A lo largo de los días y siguiendo estas indicaciones se diseña un prototipo a partir de tubos de cartón de segunda mano y bolsas de plástico.

Las bolsas de plástico se convierten en grandes nubes de colores, los tubos de cartón se modulan para construir una estructura “grúa” que permite sostener estas nubes en el aire. El cielo de El Cairo cuenta con un espacio de sombra durante el día y durante la noche las luces convierten las nubes esponjosas en lámparas de ramadán.

El proceso completo nos enseña varias cosas: por un lado que es posible en 2 semanas construir un prototipo desde cero y testearlo. Por otro lado la inmensa dificultad que conlleva trabajar en un clima y unas circunstancias como los de la capital cairota: el viento, el fuerte calor, los inmensos flujos de coches y personas…

El intercambio con la gente nos enseña la necesidad de espacios cualitativos (lugares cualificados y de calidad) y la facilidad de los cairotas para repensar su realidad a través del propio prototipo. También nos demuestra lo complicado que es sumar sensibilidades, necesidades y esfuerzos en tan poco tiempo.

Entender los deseos y necesidades de cada uno de las personas que habitan la ciudad lleva tiempo, conseguir sumar energías y capacidades para transformar de forma colectiva el entorno que vivimos requiere de una mentalidad abierta. Si queremos construir una nueva manera de relacionarnos con el espacio público esta debería pasar por compartir una nueva forma de relacionarnos en él… ¿estamos preparados?

 

Artículos relacionados en el blog de Basurama:

El Cairo, la basura, las empresas españolas y Garbage Dreams
Zabbaleen

 

 

El proyecto RUS Cairo comienza en la primavera de 2011. La asociación egipcia Elnamla contacta con Basurama para la realización de un taller de una semana sobre espacio público.

Tras las protestas producidas el 25 de enero de 2011 la situación en las ciudades de Egipto cambia radicalmente, la policía, agente legislador (y restrictor) del espacio público, desaparece y por primera vez en mucho tiempo la gente empieza a vivir las calles con plena libertad.  La situación en El Cairo es excitante, la energía desborda la ciudad, estudiantes, artistas, comerciantes, etc. redescubren las posibilidades de ese espacio virgen y empiezan a ocuparlo de mil maneras distintas.

Estas “invasiones” responden a impulsos y esfuerzos individuales algunas aceras se ven ocupadas por puestos de venta informales que se esponjan con el paso del día y se contraen al final de la noche, con el paso del tiempo algunos puestos llegan a convertirse en espacios de venta permanentes, en otras ocasiones comercios estables devoran metros de acera para ampliar unos cuantos pasos su fachada.

A su vez grupos de vecinos se autoorganizan en los espacios residenciales para mantener la seguridad en las calles, lo que nace desde una necesidad acaba convirtiéndose en un momento de encuentro colectivo, de las rondas de vigilancia se pasa a las sillas en la calle y en poco tiempo al disfrute ocioso en comunidad (proyecciones de películas, té, juegos de cartas, etc.).

El Cairo bulle.

En estas circunstancias y tras el primer taller de exploración se plantea la posibilidad de llevar a cabo una intervención que sirva para testar el espacio público, una intervención que involucre a jóvenes profesionales de diferentes ámbitos que serán responsables de la gestión, construcción y animación de estos espacios.

Nace RUS Cairo.

El proyecto RUS Cairo se apoya en las aptitudes para cambiar las actitudes. Demostrar que es posible habilitar un espacio público abandonado o infrautilizado a través del esfuerzo colectivo y los recursos locales. Construir elementos urbanos de uso comunitario a través de técnicas constructivas sencillas y materiales de bajo presupuesto.

Para ello se organiza un taller destinado a jóvenes profesionales cairotas, artistas y arquitectos, futuros responsables de la edificación y uso del espacio público de la ciudad.
El taller tiene como objetivo el diseño y construcción de una estructura de carácter urbano que pueda ser implantada en lugares con distintas características. Esto exige una pieza de escala urbana, capaz de ocupar grandes superficies, pero a la vez fácil de transportar y montar.

A su vez el diseño ha de estar construido con materiales de bajo presupuesto y técnicas constructivas sencillas que permitan su reproducción, mejora o reparación sin necesidad de grandes inversiones de dinero.

El workshop se divide en 3 semanas: la 1ª primera semana centrada en la experimentación, ideación y diseño de un prototipo, la 2ª en la construcción del objeto y la 3ª en la implantación del prototipo en diferentes entornos urbanos con el fin de comprobar la viabilidad, funcionamiento e interacción del objeto con el espacio público.

A lo largo de los días y siguiendo estas indicaciones se diseña un prototipo a partir de tubos de cartón de segunda mano y bolsas de plástico.

Las bolsas de plástico se convierten en grandes nubes de colores, los tubos de cartón se modulan para construir una estructura “grúa” que permite sostener estas nubes en el aire. El cielo de El Cairo cuenta con un espacio de sombra durante el día y durante la noche las luces convierten las nubes esponjosas en lámparas de ramadán.

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El proceso completo nos enseña varias cosas: por un lado que es posible en 2 semanas construir un prototipo desde cero y testearlo. Por otro lado la inmensa dificultad que conlleva trabajar en un clima y unas circunstancias como los de la capital cairota: el viento, el fuerte calor, los inmensos flujos de coches y personas…

El intercambio con la gente nos enseña la necesidad de espacios cualitativos (lugares cualificados y de calidad) y la facilidad de los cairotas para repensar su realidad a través del propio prototipo. También nos demuestra lo complicado que es sumar sensibilidades, necesidades y esfuerzos en tan poco tiempo.

Entender los deseos y necesidades de cada uno de las personas que habitan la ciudad lleva tiempo, conseguir sumar energías y capacidades para transformar de forma colectiva el entorno que vivimos requiere de una mentalidad abierta. Si queremos construir una nueva manera de relacionarnos con el espacio público esta debería pasar por compartir una nueva forma de relacionarnos en él… ¿estamos preparados?