Festival Salvaje

SALVAJE es una propuesta del colectivo de artes escénicas LA TRISTURA para el curso de gestión cultural de AUTOBARRIOS SANCRISTOBAL. Este festival ha sido organizado junto a los jóvenes aprendices del curso #culturabajopuente: Yasyn Hlaloum, Nuria Jiménez, Nhoa R. Palomo, Sandra Reyeros y César Romero. Autobarrios SanCristobales un proyecto del colectivo creativo Basurama & Sarah Fdez Deutsch con las asociaciones locales Casa San Cristóbal-Fundación Montemadrid y Educación Cultura y Solidaridad.

Salvaje no es sólo una propuesta escénica, es la oportunidad de generar otro orden de cosas, de mostrar allí algo que de otro modo jamás hubiera sucedido, de declarar un pequeño estado de excepción. De poner a prueba el carácter rabioso, vital y salvaje de un barrio a las afueras de Madrid.

Desde enero 2012 Autobarrios SanCristobal es la historia de un proceso colectivo de transformación de un lugar abandonado -conocido como “El Puente de Colores”- en un espacio cultural al aire libre, llevado a cabo por y para los vecinos del barrio. Desde julio del 2014 se inició un Curso de Gestión Cultural para formar a jóvenes del barrio en la activación del espacio recuperado. Para ello han ido invitando a diferentes colectivos para complementar su formación, entre ellos, La tristura.

Dentro de la propuesta que hace La tristura está Salvaje. Creemos en la creación artística como una de las herramientas más potentes para transformar la vida. Las artes escénicas en concreto, por su componente vivo y directo, tienen la extraña capacidad de confrontar a la sociedad con ella misma, y de hacerle ver cosas que estando delante de sus ojos no habían sido capaces de observar o de poner en valor.

Vídeo promocional realizado por Yasyn Hlaloum del Curso de Gestión Cultural Autobarrios Sancristóbal.

Día 1: Dominio Público, Roger Bernat.

«Dominio Público es (como) un juego de mesa a tamaño real en el que el espectador es más que un simple peón. El creador teatral Roger Bernat reúne a un grupo de personas (el público) en una plaza. ¿Quiénes son? ¿De dónde vienen? ¿Cuáles son las relaciones que les unen? Caminan a través de la plaza mientras escuchan una serie de preguntas e instrucciones en sus auriculares, algunas más inocentes que otras. No se puede decir lo mismo del resultado: a partir de los movimientos simples de los participantes, se van formando pequeños grupos. Estas microcomunidades reflejan patrones sociales subyacentes y cuentan una historia que Bernat va orquestando cuidadosamente. Dominio público comienza pareciendo una encuesta en 3D que cobra vida y termina transformándose en una ficción bizarra.» KunstenFestivalDesArts’09

Día 2: Observen cómo el cansancio derrota al pensamiento, El Conde de Torrefiel.

Esta es la segunda obra de Salvaje. Esta pieza contiene el espíritu del festival. Es profunda, vital, popular en el mejor sentido, y conduce alegremente hacia una fuerte reflexión.
La obra se construye a través de un dispositivo estético que opone lo que se ve a lo que se escucha. Lo que vemos y lo que escuchamos no está aparentemente relacionado, pero ambas cosas están unidas secretamente por la idea de enfrentamiento, de sortear los obstáculos, de vencer el cansancio y ganar la partida.

“Un día descubrí que la verdad de las cosas aparece después de una noche entera sin dormir. Entonces me pasé un año entero despierto, queriendo conocerlo todo. Hoy hace exactamente un año que decidí no volver a dormir nunca. Después de todo este tiempo he visto el paisaje austero, próximo a un estado sin corrupción, que lentamente se desintegra por falta de estímulo intelectual.”

Este espectáculo se estrenó en 2011, desde entonces se ha mostrado en países como Inglaterra, Chile, España o Eslovenia entre otros.

Día 3: Take a walk on the wild side, Emilio Rivas.

Estreno absoluto. Esta pieza se ha creado específicamente para SALVAJE. Será un recorrido por las calles de San Cristóbal. A medio camino entre el documental y la fábula, caminaremos por espacios de San Cristóbal que se transformarán gracias a la mirada de Emilio Rivas, que hará de guía para la ocasión. Como un buen acompañante en un paseo, tratará de darnos una agradable conversación, contándonos algunas historias, reales o inventadas.

“¿Qué sucede? ¿Ya no estamos a ritmo? ¿Hemos perdido el compás? Ven, sígueme. Vamos a dar una vuelta. Tengo que contarte algo.”

Fragmento de la observación de VÍCTOR MORENO para el festival de Teatro SALVAJE (Días 1, 2 y 3)

Puedes encontrar más información sobre el festival en los siguientes links:

FINANCIADO POR

Casa San Cristóbal y La Casa EncendidaFundación Montemadrid

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Espacio de estudio y espacio de juegos en el CCE de Malabo

Más fotos

Contexto

El Centro Cultural de España (CCE) en Malabo es uno de los espacios culturales de referencia de la capital de Guinea Ecuatorial. Además de las actividades oficiales que programa, el CCE dispone de un espacio exterior donde cada día compañías de teatro, coros, grupos de danza y estudiantes realizan sus propias actividades. El uso que se da a este espacio es realmente intensivo, y cada cual trata de adaptarse al mobiliario, sombra y alumbrado disponibles. Con notoria sensibilidad, el CCE trata de mejorar poco a poco su espacio para fomentar este tipo de uso en el centro, aumentando el número de pizarras para los estudiantes o mejorando las condiciones de alumbrado.

 

Usuarios del CCE en el patio

 

A pocos días de terminar el proyecto Autoparque en Malabo, surge en el CCE una situación peculiar: en la Embajada de España (justo al otro lado de una de las vallas del CCE) están desmontando unos antiguos pabellones y existe la posibilidad de aprovechar el material del desmontaje. El centro ve esta situación como una oportunidad única para aprovechar esos materiales para mejorar las condiciones de su espacio exterior y nos invita a quedarnos unos días más en la ciudad para diseñar y construir varios elementos de estancia y juego.

Estructura original

Proyecto

El CCE tenía claramente detectadas sus necesidades: un espacio de estudio que a ser posible permitiera otros usos, un espacio de juegos para niños, ya que no existía nada en el centro para los más pequeños y un juego de sillas y mesas que, siendo móvil, no deambulara demasiado por la extensión del centro.

Como materiales disponíamos principalmente de la estructura metálica proveniente del desmontaje de los espacios de la embajada, un sistema de prefabricado patentado por la empresa Dragados llamado sistema Caracola. Casualmente el nombre de esta patente había dado nombre a todo el barrio, Barrio de las Caracolas.
Además contábamos con los materiales sobrantes del proyecto Autoparques en Malabo, principalmente recortes sobrantes de madera de teca y palés que no habíamos llegado a usar en el proyecto anterior.

 

Proceso constructivo

 

En apenas día y medio, y mientras los operarios desmontaban la estructura, diseñamos todas las piezas a partir de las posibilidades que nos ofrecían los tres elementos que conformaban la patente Caracola: soportes de 100x100mm, cerchas de 10.7m hechas con tubo cuadrado y correas de 80x40mm.

El espacio de estudio lo resolvimos con una superficie rectangular sencilla en la que la única modificación de la estructura fue acortar las cerchas para disminuir su longitud, demasiado largas para el lugar en el que debía ir el objeto. Sobre ese espacio generamos una cubierta diseñada y contruida con las correas de acero que posteriormente se cubrió con nipa. El elemento más cacterístico de esta pieza son las pizarras, diseñadas para poderse abatir y almacenar en el techo, liberando así el espacio para otros usos. Además se instaló un sistema de iluminación con lámparas hechas con jerrycans, objeto de muy extendido uso en toda África.

Espacio de estudio

El espacio de juegos era más sencillo aún: tres cerchas paralelas previamente acortadas y elevadas por seis soportes. Entre las cerchas colocamos diversos elementos de juego y una red a modo de portería.

Espacio de juego

La estructura, que originariamente era de color roja, la pintamos en dos tonos de verde: uno más oscuro para la estructura original, similar a los tonos de la vegetación del entorno y un verde más brillante para los elementos que nosotros habíamos añadido. La idea era mimetizar los objetos con su entorno y a la vez dejar constancia de la intervención que habíamos hecho sobre unos materiales que ya tenían 30 años de memoria.

Para el juego de mobiliario empleamos la madera de teca y los pales como superficie, mientras que para la estructura optamos por comprar unos perfiles más pequeños que los que teníamos de la estructura de la embajada. La densidad natural de la teca en el caso de los bancos, y el peso de las superficies que diseñamos con los palés en el caso de las mesas cumplieron con la premisa de que el mobiliario fuera sólo mediamente móvil.

 

Mesas y bancos de la intervención

Autoparque en Addis Abeba. La casa de los Niños perdidos

Más fotos del proyecto
Fotografías realizadas por los niños del orfanato

 

Contexto

En el orfanato gubernamental Kibebe Tsehay de Addis Abeba viven niños y niñas de 0 a 8 años. El orfanato es su pequeño mundo y todas sus actividades diarias (dormir, asearse, estudiar, comer…) suceden allí y se realizan en grupo.

El lugar cuenta con un gran espacio exterior donde apenas hay árboles y en el que en algún momento hubo unos columpios ya prácticamente inutilizables. En una esquina de la institución hay amontonadas cunas y camas viejas, alguna pieza de columpio oxidada y numerosos zapatos y ropa que ya no pertenece a nadie.

La metáfora de los Niños Perdidos del cuento de James Matthew Barrie, y la intención de generar un mínimo espacio de privacidad para los niños que además habilitara el patio para poder realizar actividades lúdicas protegidos del sol ecuatorial inspiraron este proyecto.


Proyecto

El proyecto se realizó en un tiempo récord de diez días, incluyendo todas sus fases (búsqueda de materiales y recursos, diseño, producción, coordinación y ejecución), gracias a la colaboración de un grupo de más de 30 voluntarios compuesto por estudiantes del Instituto Cervantes, la Universidad de Addis Abeba, cooperantes españoles y diversas personas que acudieron a través del llamamiento de una radio local.

Tras una búsqueda exhaustiva de posibles recursos locales a utilizar en el proyecto, se optó por el empleo de unos sencillos palés de madera en los que casi de podía reconocer las ramas de árbol con los que estaban hechos, restos de metal de los columpios preexistentes y parte de las camas y cunas que estaban almacenadas en el espacio.
Todos estos elementos se implementaron en una estructura construida con tubo metálico, decisión que garantizaba una mínima durabilidad de la intervención en un lugar que pocas veces tiene acceso a recursos para mejorar su espacio.

La intervención se completó con la instalación de una cubierta diseñada para poder extenderse o no según las necesidades de cada momento y construida con lona publicitaria donada por una empresa local.

Algunos objetos personales abandonados por antiguos habitantes del orfanato se pintaron de rojo y se colocaron en una zona del espacio a modo de recuerdo.

El empleo de estos materiales de bajo coste y la sincronización de todos los recursos permitió culminar la intervención en el tiempo y presupuesto disponibles.

El proyecto culminó con la inauguración oficial de la intervención y una conferencia en la Escuela de Arquitectura de Addis Abeba.

 

Autoparque en Malabo

Más fotos

Contexto

Un breve paseo por la ciudad basta para darse cuenta de que el espacio público de Malabo es prácticamente inexistente. Más allá de sus numerosos bares y sus terrazas ocupando las aceras, la calles de Malabo son un espacio de tránsito donde apenas un par de lugares son vividos y utilizados como espacio público, a pesar de no haber sido concebidos para ese uso.

A diferencia de otras ciudades de África los usos formales e informales de la calle son escasos, tanto los relacionados con el aprovechamiento económico y privativo como los relacionados con el descanso, la socialización, el juego o el ocio.

No se puede decir por tanto que en Malabo exista una cultura de uso del espacio público que pueda ser leída y empleada como generadora de un proyecto de intervención.

 

Proyecto

Con motivo de la III edición del Eco Carnaval, un evento organizado por el Instituto Cultural de Expresión Francesa (ICEF) en Malabo, el Centro Cultural de España en Malabo nos invitó a participar en el evento realizando una intervención en el Barrio Chino, un lugar céntrico de la ciudad cercano al Mercado Central.

 

La primera visita al lugar no fue muy halagüeña: coches aparcados en medio del bulevar en el que debíamos intervenir (algunos de ellos directamente abandonados), basura en el suelo, falta de alumbrado público (destruido por los coches al intentar invadir las aceras) y ropa tendida entre los árboles y lo que quedaba de los postes de alumbrado. A esto se sumaba lo irregular del terreno y la imposibilidad por cuestiones políticas y de permisos de construir in situ.

 

Basurama. Barrio Chino de Malabo

 

Sin embargo algunos características del lugar nos resultaron susceptibles de ser generadoras de una intervención que aportara calidad de uso al lugar. Esa misma ropa que veíamos tendida en medio del bulevar y en las plantas bajas de los edificios colindantes nos indicaba que ya existía de alguna manera un uso comunitario del espacio interesante de fomentar y, como elemento más característico del espacio, un gran mango que da sombra a buena parte del lugar podía ser algo en torno a lo que articular el proyecto.

 

En cuanto a los materiales disponibles, el CCE de Malabo había realizado una búsqueda previa a nuestra llegada, consiguiendo principalmente palés de madera de diversos tamaños y cajas de plástico de una empresa de refrescos. Teníamos material de sobra, nuesto problema era la diversidad de dimensiones que teníamos que manejar.

 

Con toda esta información decidimos realizar una intervención que apoyara el único uso comunitario que habíamos detectado en el lugar, relacionándola a la vez con algunos elementos del espacio y añadiendo como nuevo uso un espacio de juegos para niños.

 

Basurama. Propuesta Autoparque en Malabo

 

El principal reto al que nos enfrentábamos era la miscelánea de dimensiones de los materiales y la imposibilidad de trabajar en el lugar salvo momentos concretos en los que fuéramos a instalar los elementos de la intervención. Frente a este reto, nuestra estrategia fue generar rápidamente un sistema de diseño que se adaptara de forma metódica a los materiales disponibles, para así enfocar todos nuestros esfuerzos en la durabilidad de la intervención y la mínima adaptación a un terreno desconocido y un tanto accidentado.

 

Basurama. Reparando palés

 

Decidimos partir de la forma de un hexágono regular (forma ya experimentada en proyectos anteriores de Autoparques) y generar un sistema sencillo de transformación de la figura regular para adaptarla a las diversas medidas de los materiales que teníamos. De esta manera podíamos producir elementos modulares independientes (más fáciles de transportar desde el lugar de trabajo al espacio de intervención) con la confianza de que podían combinarse fácilmente entre sí y adaptarse a la vez al terreno.

 

En sucesivos días fuimos produciendo y transportando al lugar los módulos que conformaban el proyecto, empleando los palés como elementos resistentes sobre los que los niños podían trepar y los adultos sentarse, y generando superficies de sombra o soportes para crear jardines verticales con las cajas de plástico.

 

La segunda parte de la invitación consistía en participar en el desfile del Eco Carnaval el 15 de noviembre. Propusimos hacer del hecho de tener que transportar los módulos una fiesta, y junto con las familias de los trabajadores del CCE y otros espontáneos (sobre todo niños y niñas) desfilamos

con el último de los elementos por las calles de la ciudad, haciendo del montaje final un evento público.

 

Basurama. Ecocarnaval en Malabo

Autoparque en Maputo

Más fotos

Contexto

Mafalala es uno de los barrio más históricos y populares de Maputo, Mozambique. Personajes como el futbolista Eusebio (La Pantera Negra), Samora Machel (primer presidente del Mozambique independiente) o los poetas Noémia de Sousa y José Craveirinha nacieron o se criaron en este barrio.

Su carácter netamente informal se debe a que en los orígenes de Maputo (s.XVIII) los mozambicanos autóctonos eran obligados a vivir más allá de la ciudad planificada por los colonos portugues, siendo este barrio uno de los primeros en crearse.

Actualmente la asociación Iverca trata de difundir la historia y valores de Mafalala a través del fomento del turismo y la realización de actividades culturales, principalmente el Festival de Mafalala.


Proyecto

Invitados por la Embajada de España en Maputo, participamos en el Festival de Mafalala realizando un taller de formación para voluntarios de diversas organizaciones del barrio con el objetivo de construir un espacio de juegos en una de la escuela de Mafalala, la Escuela Unidad 23.

La escuela carecía de cualquier tipo de mobiliario que permitiera disfrutar de un espacio exterior lleno de potencialidades, principalmente el árbol del patio principal.

Junto con los participantes diseñamos y construimos pequeños elementos realizados con neumáticos conseguidos en el mismo barrio que sirvieron para activar los espacios más pequeños. Junto a estos, llevamos a cabo una intervención más grande en el espacio central, con palets donados por una empresa local, y por último aprovechamos el muro perimetral para construir un huerto vertical con plantas recogidas en las calles y casas de los alrededores.

Pensamos que este proceso de formación y diseño con la comunidad es una vía para generar procesos de transformación autónomos y duraderos en el tiempo.



Entrevista realizada el día de la inauguración del proyecto. Vídeo realizado por Maria Rusca.

 

Bochumer Freizeit und PflegeWerk (BFPfW)

LA FÁBRICA DE OCIO Y CUIDADOS DE BOCHUM: ¿Cómo convertirse en abuela?

«Siéntate al sol, abdica y sé rey de ti mismo.» Fernando Pessoa.

Lujos Colectivos

Eric Hobswan solía afirmar que el mayor lujo que ha conocido la humanidad es el Metro de Londres. Seguramente tenía razón: ningún lujo privado, por caro que sea, puede compararse con ese fantástico esfuerzo colectivo. La fábrica de ocio y cuidados de Bochum es una propuesta para disfrutar y reflexionar sobre cómo podríamos gestionar nuestra riqueza colectiva, cuidando unos de otros y entre todos de nuestros bienes comunes, en un momento en el que todos nos vamos a convertir en abuelas.

En la vieja Europa, como en casa de la abuela, es el único lugar hoy en día donde el cuidado mutuo aún puede significar algo. En las sociedades emergentes del capitalismo despiadado, y en las pesadillas que imaginamos para nuestro futuro, sólo el cuidado mutuo podrá permitirnos avanzar juntos.

Todo el mundo fue bienvenido a proponer usos para invadir y disfrutar del solar de la fábrica de Krupp derribada, el parque más bonito y barato de la ciudad. En él, aún está en pie el edificio que utiliza el Freies Kunst Territorium, institución de artistas locales donde ubicamos la fábrica de Ocio y Cuidados propiamente dicha.

Descansar, charlar, tomar el sol, tejer, cultivar huertos urbanos, debatir, encontrarnos, divertirnos… ¿Podemos diseñar juntos un espacio con nuestras propias reglas de cooperación, que nos permitan colonizar estos espacios que nos ha dejado para el futuro el fracaso del capitalismo?

 

LET’S GET OLD (Hagámonos viejos!)


Nos hacemos mayores, eso es un hecho. Pero hagámoslo felices, juntos, y cuidando los unos de los otros. La canción de la banda sueca de Lacrosse nos inspiró para ese lema, por lo que hicimos un videoclip como un homenaje. Europa está envejeciendo irremediablemente. Hay otros continentes, más jóvenes, más vibrantes que están tomando el relevo. Estamos abocados a convertirnos en abuelas, por lo que debemos aprender a envejecer felices.

 

Para ello diseñamos un programa de actividades para laLa Fábrica de Ocio y Cuidados de Bochum (BFPfW) con las que disfrutar, descansar, reunirse y envejecer en silencio y con los demás. Entre ellas:

  • Invitamos a ver puestas de sol colectivas.
  • Convertimos un invernadero en un bar con cócteles de agua del grifo.
  • Creamos un taller para auto construcción de tumbonas hechas a mano con lonas publicitarias reutilizadas, perfectas para tomar el sol.
  • Transformamos sillas recuperadas de la basura en mecedoras en las que pasar las tardes.
  • Hicimos fotografías aéreas con el kit de Public Lab

 

Durante las dos semanas la fábrica y los terrenos colindantes estuvieron abiertos al público. La BFPfW produjo alrededor de 100 tumbonas y 50 mecedoras que se utilizaron para disfrutar de uno de los terreno más grandes, salvajes y abandonados de la ciudad. La idea de la autoconstrucción de bajo coste, la capacidad para crear parques con escala humana que incluyen lujos tales como nuestras tumbonas y mecedoras, pero también una sauna (obra de Modulor Beat). Nuestra idea principal era crear conjuntamente, construir juntos y disfrutando de lo que teníamos, y ashí hicimos durante las dos semanas de junio en las que la fábrica abrió sus puertas.

 

INVITADOS
ALAS y Stiftung Freizeit trabajaron con niños y niñas en la re-interpretación de la ciudad y los tesoros que en ella se encuentran. 

y Entupunto estuvo ayudándonos a convertirnos en abuelas con sus talleres de tejido de visillos a través de materiales reutilizados (bolsas de plástico, auriculares…etc).

Además, hizo la entrada a la fábrica. Una entrada a esta nuestra fábrica para abuelas, donde estaban recogidos los símbolos de Bochum: la minería del siglo XIX, la industria del siglo XX y el descanso del siglo XXI.

«El Pati -Obert-«. Espacio creativo para la convivencia / El pati -obert-, espai creatiu per a la convivència

Fotografías de todo el proceso aquí.

¿Qué tiene de pedagogía la transformación de un solar?

La gran cantidad de solares vacíos y en desuso del barrio histórico de la ciudad de Lleida genera un conflicto no sólo urbanístico y socioeconómico, sino también ambiental, estético y social. Tomando como referencia esta situación, El Pati Obert pretende ser un proyecto emancipador y transformador desde la acción comunitaria, experimentando, corrigiendo e inventando en el diálogo que se establecerá con la comunidad local en la transformación de un espacio urbano.

La Universidad, el Ayuntamiento, los vecinos y Basurama formaron una red de relaciones y negociaciones que provocaron a cada uno desplazarse de su ámbito de trabajo. Estas relaciones generaron una investigación acerca de las herramientas pedagógicas que se ponen en juego en un proceso comunitario derivado de la transformación de un solar abandonado.

Grupo motor del proyecto:
Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Lleida
Centre dArt la Panera
Solars Vius
Basurama

Basurama realizó una serie de viajes a Lleida durante el 2004 para llevar a esta rede de acción:

1er viaje 4 al 6 de marzo 2014
Generación de la Red.
Se establecieron contactos con diferentes ciudadanos, colectivos, instituciones (de educación formal y no formal) y agentes sociales del barrio. Una vez establecido el contacto con éstos, se impulsó una red relacional para planificar conjuntamente la transformación del espacio, partiendo siempre de las necesidades reales, sentidas y expresadas por la comunidad.

2do viaje 5-9 de mayo 2014 
Trabajo con las alumnas de la Facultad de Pedagogía y con los vecinos del barrio. Taller de creatividad en el solar a intervenir.
Recopilación de materiales para la futura transformación del solar.

3er viaje 17-29 de junio 2014 
Transformación del solar elegido.
Preproducción previa y taller de autoconstrucción abierto a vecinos y colaboradores.

4to viaje 16-21 de septiembre 2014 
Finalización etapa de construcción
Etapa de dinamización del espacio. Acción fotografía urbana en el solar enmarcado en las fiestas del barrio
Comienza la fase de la redacción de la investigación pedagógica.

5to viaje Octubre 2014
Etapa de dinamización del espacio.
Encuentro de evaluación con los agentes participantes.
Cerrando la investigación pedagógica.

 

 

 

 

 

 

Autobarrios SanCristobal

Autobarrios se puso en marcha en Enero de 2012 en el barrio madrileño de San Cristóbal de los Ángeles. Durante los doce primeros meses, el proyecto trabajó con agentes sociales y vecinales del barrio, sumándose a sus procesos existentes y convertiéndose en la excusa para consolidarlos. De los encuentros nació una plataforma integrada por diferentes asociaciones locales con los que se definió, Autobarrios SanCristobal, como un proceso colectivo de reactivación de un lugar abandonado, reinventando su función y uso, mediante la construcción de un espacio urbano sugerente por y para los jóvenes y vecinos del barrio .

Desde entonces, el proyecto ha seguido un proceso natural basado en la consolidación de los lazos de confianza entre los diferentes actores y en conectar, afianzar la red de recursos locales para poder nutrir, definir e ir haciendo posible la iniciativa.

A día de hoy, este proceso en red sigue desarrollándose y posibilitando la gestión y activación del espacio urbano que se terminó de construir en Mayo 2014, porque un espacio no culmina en la construcción física de un objeto diseñado sino que se desarrolla continuamente en una producción social y cultural.

Todas las imágenes del proyecto en el facebook de Autobarrios SanCristobal.

VÍDEOS DE LAS INTERVENCIONES

 

 

 

EL PROCESO

Estrategias de desarrollo urbano comunitario para dignificar y transformar un lugar abandonado del barrio en un espacio público útil que responde a las necesidades de los vecinos.

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FASE III (2013-2014) REVITALIZACIÓN Y CONSTRUCCIÓN

La fase constructiva formaliza el imaginario común del espacio: las intervenciones colectivas ejecutadas abarcan desde un escenario, un cine y zonas de estancia que han sido diseñadas de forma que puedan seguir siendo utilizadas mientras no estén cumpliendo la función para la que fueron creadas.

Autobarrios es un proyecto orgánico y contextualizado que evoluciona a tiempo real: en la fase constructiva, los recursos de los que se pudo disponer y que se pudieron reutilizar condicionaron el diseño del mobiliario, sus usos asociados y los tiempos de ejecución. Las intervenciones constructivas se plegaron así a las posibilidades y se plantearon y ejecutaron de forma independiente unas de otras.

> 1ª fase = Acondicionamiento

+ Pintura > revitalización de 1945 m2 de superficies: #sancrisdecolores Part I (Febrero 2013) y Part II (Mayo 2013) desarrollados con Boa Mistura. Colaboran Productos Diez y Torremovil de Layher.

+ Suelos > limpieza y adecuación de 2597 m2: #arreglandolapachamama (Septiembre 2013) con la colaboración del Departamento de Conservación y Renovación de Vías Públicas del Ayuntamiento de Madrid.

> 2ª fase = Construcción

+ Mobiliario urbano polivalente >  revitalización de la zona norte del espacio (1131 m2): #bricosancris Part II (Noviembre 2013) desarrollado con Collectif Etc. Colaboran el Institut Français de Madrid, Matadero Madrid, Acciona y Renault.

+ Mobiliario urbano polivalente > revitalización de la zona sur del espacio (726 m2): #bricosancris Part III (Abril 2014). Colaboran Matadero Madrid, Acciona y Renault.

+ Suelos > construcción de un camino resguardado de la lluvia en la zona noroeste del espacio: #bricosancris Part IV (Mayo 2014). Colaboran Bibliobuses Madrid, Acciona y Renault.

> 3ª fase = Acabados

+ Conexión Eléctrica / Conexión Wifi

+ Complementos (señalética, seguridad, limpieza)

FASE IV (2014) GESTIÓN Y ACTIVACIÓN

El espacio público se construye continuamente mediante una producción social y cultural que mantiene un lugar vivo y en constante evolución: en este contexto se inscribe la formación de jóvenes del barrio de San Cristóbal en la activación y gestión sostenible del espacio vecinal recuperado. Una capacitación técnica y cultural que permita dinamizar y consolidar procesos que ya están en marcha en el barrio y activar aquellos que no lo están, convirtiendo a los jóvenes en los gestores culturales de su propio espacio y en los facilitadores de la experiencia cultural como herramienta educativa.

El Curso de Gestión Cultural #culturabajopuente trabaja con los jóvenes desde Junio, la autonomía cultural, técnica y administrativa para facilitar experiencias culturales bajo el puente recuperado.

 

DESARROLLADO CON

Los jóvenes son los protagonistas de este proyecto y los constructores de un espacio público con el que se identifican, dibujado por ellos para el uso de todos.

> Sarah Fdez Deutsch: Formada en la Escuela Técnica de Arquitectura de Madrid. Especializada en Ciudades en Desarrollo por el Instituto Francés de Urbanismo Paris 8. Su experiencia en el sector urbano comienza hace 9 años trabajando en diferentes proyectos de desarrollo en contextos de exclusión urbana en asentamientos informales de Perú y Egipto. En 2008 trabaja en Perú la construcción con materiales naturales y realiza una beca de investigación de la Universidad Politécnica de Madrid sobre la revitalización de edificios infrautilizados en el Centro Histórico de Lima. Desde 2011 desarrolla y gestiona el proyecto Autobarrios -del que es fundadora junto al colectivo Basurama- especializado en apoyar iniciativas de desarrollo cultural comunitario mediante procesos colaborativos, educativos, artísticos y culturales como la iniciativa Autobarrios SanCristobal (Madrid). Trabaja actualmente entre Madrid y Bilbao de forma autónoma colaborando en red con profesionales de diferentes ámbitos para generar proyectos entorno a la autonomía cultural, la ciudadanía y la educación expandida.

> Red de colaboradores sociales y vecinales de San Cristóbal de los Ángeles: Asociaciones y colectivos locales que se aseguran de orientar y acompañar adecuadamente todo el proceso para integrar el proyecto dentro del tejido social del barrio.

Casa San Cristóbal-Fundación Montemadrid: centro abierto al barrio desde el que se ofrece una programación socioeducativa y cultural para todas las edades.

Educación Cultura y Solidaridad: asociación sin ánimo de lucro que, desde 1990, trabaja por la integración social en el barrio; ofrecen recursos socioeducativos y culturales a menores, jóvenes, adultos y familias del barrio.

Asociación de Vecinos La Unidad de San Cristóbal: creada en 1978 y declarada de utilidad pública en 1985, trabajan en la participación, impulso y gestión de diferentes planes para la mejora del barrio y la defensa de los intereses de los vecinos.

> Colaboradores externos: Colectivos reconocidos que colaboran desde sus especialidades dando asesoramiento y un compromiso de calidad técnica y creativa al proyecto.

Boa Mistura: colectivo de artistas que interviene principalmente en el espacio público a través del arte urbano, habiendo llevado a cabo proyectos en Sudáfrica, Noruega, Berlín o Sao Paulo.

Collectif Etc: colectivo de arquitectos franceses que construyen espacio público integrando la población local en el proceso creativo.

lacasinegra / Vermut / Nervio Films&Foto: colectivos artísticos dedicados a la creación, gestión, investigación, reflexión y producción cultural mediante prácticas cinematográficas y dispositivos audiovisuales.

Obsoletos: proyecto de investigación, creación y difusión de sistemas creativos de transformación de residuos tecnológicos.

> Red de colaboradores empresariales del Polígono de Villaverde: Empresas locales que colaboran a través de su implicación como profesionales especializados, cediendo herramientas o aportando materiales en stock o en desuso que puedan reutilizarse para dar forma al espacio.

 

ProductosDIEZ S.A.

LOGOS AUTOBARRIOS

Torremovil de Layher

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Acciona

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Renault

logo Renault

Bibliobus Comunidad de Madrid

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> Otros colaboradores:

Institut Français de Madrid

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Intermediae Matadero Madrid.

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FINANCIADO POR

Casa San Cristóbal y La Casa Encendida – Fundación Montemadrid

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Fundación Daniel y Nina Carasso (FDNC) 

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Agradecimientos

A Concha Lorenzana de Antígona Procesos Participativos por su enseñanza, su paciencia y el apoyo que nos ha brindado al proyecto.

A Manuel Basagoiti y a Adrián Masip Moriarty por transmitirnos su experiencia.

RUS La Paz – El Alto: Sombras Chiwiñas

Más fotos 

El Alto es la ciudad que rodea a La Paz. Está situada en el borde del altiplano boliviano, a 4100 metros de altura sobre el nivel del mar, lo cual le plantea unas condiciones de vida y climáticas extremas. Fusionada con ella, juntas son una aglomeración de más de 2,5 millones de ciudadanos que suponen la capital de facto de Bolivia. Conocida por su largo historial de ciudad muy movilizada políticamente, lo cierto es que se independizó de La Paz recién en 1986, y desde entonces no ha dejado de crecer. Ciudad migrante, construida a partir de la masiva migración del campo a la ciudad sobre todo desde los años 90, su vida diaria tiene rasgos de ciudad industrial y boyante económicamente que conviven con muchos rasgos de la vida rural que traen sus nuevos vecinos. Ciudad caótica y hecha a sí misma, sus espacios públicos sólo recientemente han pasado a estar consolidados, y muchas de sus calles a ser asfaltadas. Lo cierto es que esos espacios públicos presentan una serie de condiciones que los convierten en lugares que nadie utiliza: ni su forma y programa (unos bancos para sentarse, una cancha de fútbol sala, unos parterres de cesped con una valla de redondos de acero bastante pinchuda, unos juegos infantiles típicos, una zona para el mástil de la bandera), ni sus materiales de construcción (100% hormigón y acero), ni la baja calidad medioambiental de los mismos (sol abrasador durante el día, frío polar durante la noche), ni la presencia masiva de policias-robocop en ellas parecen responder a el uso que los Alteños hacen del espacio público: cualquier actividad imaginable tiene lugar en la calle, pero no en esas plazas duras, secas y frías.

En ese contexto, nos encontramos con la Comunidad de Saberes de la Red de la Diversidad, en concreto con su sede de El Alto, la Casa de las Culturas Wayna Tambo, quienes están trabajando sobre cómo el «buen vivir», filosofía indígena que parece sólo puede desarrollarse en el mundo rural, puede ser aplicado en las ciudades contemporáneas. Y nos pusimos a trabajar sobre ese concepto.

Sobre la posibilidad de un Buen Vivir para el espacio público contemporáneo

El Buen vivir (en aymara SUMA QAMAÑA) es la filosofía con la que los indígenas bolivianos (así como otros pueblos originarios de otras regiones del continente) denominan al conjunto de prácticas que les permite vivir en una relación equilibrada con el planeta y el medioambiente de manera comunitaria. En oposición a la concepción occidental de un “vivir mejor” que arrastra desmedidas demandas de consumo y despilfarro, se contrapone un vivir bien para toda la comunidad en un ciclo de crecimiento en equilibrio.

Esta concepción del Buen Vivir aymara apela directamente al concepto occidental de “sostenibilidad”: es necesario que nuestras sociedades aspiren a una buena calidad de vida sin necesidad de destruir y esquilmar sus recursos. En esta transposición el Buen Vivir asocia “ecologismo” y “comunidad”, y también está íntimamente ligada al concepto de “decrecimiento”, asociación fundamental también realizada por muchos teóricos del ecologismo occidentales. En resumen el Buen Vivir plantea de manera global una serie de cuestiones muy básicas de respeto a la naturaleza, apego a la tierra (la pachamama), los ciclos de crecimiento y de tiempo (circular en lugar de uno lineal) así como soluciones de salud naturales y colectivas, y la expresión de la colectividad a través de la feria como lugar de encuentro itinerante y la fiesta como momento de redistribución, por poner algunos ejemplos.

Es un término muy debatido hoy en día en distintos foros, por estar en las agendas políticas de los gobiernos de varios países andinos, por un lado, y por ser objeto de constantes reflexiones sobre su aplicabilidad en el siglo XXI, tanto dentro como fuera de esos países, en medio del contexto de cambio social que están experimentando, como sobre las condiciones socioeconómicas contemporáneas del resto de países del mundo desarrollado.

En definitiva, el Buen Vivir es un concepto que nos interesa sobremanera por el hecho de tener un lugar central en el debate sobre si puedo existir un “nuevo”, o al menos “otro”, tipo de desarrollo. Una cuestión que trabajamos en nuestras reflexiones constantemente, dentro de una larga investigación sobre la sostenibilidad y su auge en la primera década del siglo XXI, relacionando la basura generada a través del fomento del hiperconsumo con el desarrollo del primer mundo. El auge de las sociedades urbanas, y con ello de las ciudades (del que también forma parte Bolivia) las supone, las propone y las fomenta como un espacio exclusivamente “moderno”, en el que no pueden caber otras formas de vida, que produce un corte con el mundo rural y con los saberes que existen fuera de ella: un espacio de “desarrollo” entendido globalmente de una manera unívoca bastante simple, que conduce de manera inexorable a espacios depredadores del medioambiente.

El proyecto: Sombras – Chiwiñas

Tratando de utilizar la arquitectura, en este caso, como un elemento para pensar, decidimos plantear un prototipo de otro espacio público posible para la ciudad de El Alto, tal y como lo definió Santos Calleja, del Wayna Tambo, «una provocación».

Nos basamos en la reutilización de un espacio hermoso y querido por los vecinos: por él se pasea, se besa, se sienta, se descansa, se bebe… el rail de tren abandonado que se asoma a una vista increible desde el borde de la ciudad, a los pies del Faro Murillo. La Avda Panorámica esquina Calle #8 de Villa Dolores. Es un espacio que afronta cuatro grandes retos: su invasión por actividades privativas; el mercado de verduras al por mayor que viene por el Oeste y las tiendas de campaña que utlilizan las brujas (Yatiris en aymara) por el Este, su uso como lugar de desecho de residuos orgánicos, y su conversión en basurero general (escombrera, basura inorgánica) desde que se llenó de las montañas de piedras que sacaron de la calle para asfaltarla. Un espacio en proceso de convertirse en espacio basura y en pleno conflicto.

Decidimos operar en tres planos:

1 Utilización de nuevos materiales:

* Lonas publicitarias de gigantografías reutilizadas, cedidas por el Ministerio de Culturas y la empresa Graftec. Las gigantografías inundan El Alto y La Paz, especialmente en los últimos años.
* Las piedras presentes en el espacio, convertidas en basura al haber sido abandonadas.
*Apeos de Eucalipto, Callapos, icono clave de la más que potente industria constructiva local.
* Neumáticos
, material fundamental en una ciudad que se dedica al transporte, especialmente en el barrio de Villa Dolores, rodeaos por llanterías.

2 Planteando una forma de uso más abierta, más híbrida y más disponible, partiendo de las sombras que son el gran condensador social de esa ciudad excesivamente asoleada: chiwiña quiere decir espacio y lugar de encuentro en Aymara, y operando sobre el plano del suelo, más allá del mobiliario típicamente «urbano».

3 Planteando otra forma de hacer el proceso, basado en la reutilización y el trabajo comunitario, de base:

*Tratando de usar técnicas constructivas locales, con el objetivo de no plantear algo ajeno al lugar, *Negociando con los vecinos (la Junta Vecinal de Faro Murillo, la Alcaldía y la Subalcaldía, las yatiris, la comunidad del Wayna Tambo, etc.), reflexionando con ellos sobre el espacio, siendo ellos sus usuarios, propietarios y vigilantes
* Tratando de ofrecer un espacio repiclable por aquel que lo desee, de construcción manual y no industrial.
* Ofrecer un espacio basado en la reorganización de lo existente más que en una negación de aquello: Como sabemos, la basura, ordenada, deja de ser basura.

Pensamos la arquitectura con los estudios paceños Xioz y Pendiente45

Las sombras se realizaron calando los diseños de La Paz Stencil, generando Stencils de luz, siguiendo el esquema de diseño de los Aguayos

Para redondear la reflexión sobre consumo, ecología, y vida contemporánea urbana, invitamos a Aymar Ccopacatty, que vino desde Puno a construir un telar con el que tejer una sombra hecha de lonas y plásticos de todo tipo.

Lo construimos mediante un workshop de construcción colectiva en el que participaron: Nayra Rodríguez, Janet Villegas, Judith Rojas, Nona Martínez, LiQ Garnica, Raiza y Jocelyne, Ramiro, Elsa, Priscilla, Mayra Baldivieso, y con la participación especial del colectivo poliedros, verdes poliedros y muy especial de El Colectivo 2.

RUS Miami. Miami Trash Machine

El modelo urbano que define la forma y el crecimiento de la ciudad norteamericana está directamente relacionado con su modelo económico liberal. Miami es una ciudad extendida generosamente en el territorio de la península de Florida entre los pantanos del oeste y la costa atlántica. En 1785, Thomas Jefferson, uno de los principales fundadores de los Estados Unidos de América, estableció las bases del urbanismo americano al crear el sistema público de catastro del territorio de los EE. UU.

Miami, como la mayoría de las ciudades norteamericanas, ha crecido basada en este modelo territorial extensivo que tiende a la dispersión en lugar de a la concentración, tomando como estructura urbana una retícula ortogonal de una milla cuadrada. Este modelo, ideado con fines higienistas originalmente, ha terminado generando áreas urbanas de muy baja densidad, articuladas mediante abundantes infraestructuras de comunicación viaria. En esta ciudad dispersa, el coche privado se convierte en el elemento indispensable de comunicación, dificultando los trayectos a pie y complicando las redes de transporte público.

En este contexto, el automóvil se convierte en un auténtico médium en la relación de los ciudadanos con la ciudad, creando una burbuja alrededor del individuo y condicionando su experiencia del espacio público. Aparecen fenómenos de culto al coche como manifestación de la individualidad y se produce una mistificación del entorno privado. Esto se traduce en una falta de espacios colectivos, como plazas y parques, dificultando el contacto e intercambio entre diferentes sectores sociales.

Partiendo de un análisis de la planificación urbana de Miami se puso de manifiesto esta situación de colapso del espacio público y una ausencia casi total de tejido relacional en el contexto urbano, exceptuando casos puntuales como las playas y los paseos marítimos en Miami Beach.

Proyecto

Empleando como materia prima desechos de automóviles, se llevó a cabo una instalación de carácter itinerante, bautizada como Miami Trash Machine[1] –MTM–. Un objeto a modo de sound system[2] interactivo en el cual el público era el protagonista de un evento público de carácter lúdico e integrador. Un juego de luces, fuentes de sonido y sensores que colonizaba temporalmente distintos lugares de la ciudad generando parámetros de actividad y comunicación no reglada, a la vez que se planteaba la cuestión: ¿Es posible habitar el espacio público de Miami?

La intervención giró en torno a dos ejes temáticos: la situación de subordinación del espacio público frente al privado en Miami y la omnipresencia del coche en la ciudad como máximo exponente de la esfera de lo privado. Se puso a prueba la capacidad de activar espacios baldíos mediante un objeto de socialización subvirtiendo el uso del automóvil como bien de consumo para transformarlo en un bien de acción e intervención colectiva. Se llevó a cabo en colaboración con dos colectivos artísticos norteamericanos que trabajan en el ámbito de la electrónica y la interacción sonora: Viking Funeral –Carlos Escurra y Juan González– de Miami y Scrapyard Challenge –Katherine Moriwaki y Jonah Brucker-Cohen– de Nueva York.

Para la construcción del MTM se recopilaron restos de coches, viejos equipos de sonido y juguetes rotos procedentes de vertederos, desguaces –U-Pick–, mercadillos y tiendas de segunda mano de toda el área urbana de Miami. Todo este material se trasladó a The Loft Space, una gran nave en desuso ubicada entre los barrios de Wynwood y Design District, que sirvió de centro de operaciones durante las dos semanas de construcción del sound system y en la exposición posterior.

Como base para la construcción del MTM se utilizó la parte trasera de una furgoneta pick-up abandonada, encontrada por azar en una de las derivas en el barrio de Wynwood. Sobre ella se instalaron todos los componentes generadores de sonido y luces. La parte sonora del aparato, diseñada para ser un instrumento musical colectivo, estaba compuesto por una caja de ritmos[3], dos sintetizadores fotosensibles, dos teclados electrónicos y un sampler[4] accionado por pistolas de agua y construido con juguetes sonoros reutilizados. Sobre el remolque, el MTM era totalmente portátil y se desplazaba al lugar de la intervención, donde generaba sonido a partir de la interacción con las personas que acudían al lugar. La instalación fue ideada para ser manipulada e intervenida libremente por los potenciales usuarios.

Miami Trash Machine realizó intervenciones en cuatro localizaciones de la ciudad bien diferentes entre sí. La primera tuvo lugar en un solar usado como parking frente al Churchill´s Pub[5] a la salida de un concierto nocturno. La segunda se realizó en el Karma Car Wash[6], lavadero de coches y restaurante de comida orgánica. La tercera acción tuvo lugar en el patio de la escuela Edison Park en el distrito de Little Haiti y la acción final se realizó en Jimbo´s[7], un local situado en el parque natural en Virginia Key junto a la depuradora de agua de la ciudad. Los cuatro lugares estaban próximos a un foco de actividad con el objetivo de generar sinergias y ofrecer nuevas posibilidades de uso en espacios normalmente dedicados al automóvil. Las intervenciones del MTM tuvieron un impacto en públicos muy diferentes y aun así todos estos interactuaron con el sound system de manera activa. Las reacciones eran totalmente insospechadas y particulares en cada lugar, dependiendo de los agentes que se involucraban: la parroquia nocturna de Churchill´s, los escolares del barrio haitiano, los clientes del autolavado y los hippies que merodeaban por Jimbo´s en Virginia Key.

RUS Miami Mapa

Durante dos semanas, el MTM permaneció expuesto en The Loft Space junto con documentación de las acciones en vídeo y otros formatos sobre los ejes temáticos del proyecto, así como varias instalaciones interactivas que complementaban al sound system y abundante información sobre el urbanismo en Miami.

[1]. Miami Trash Machine –Máquina de la Basura de Miami–. Guiño a ‘Miami Sound Machine’, nombre de la banda de la artista cubana afincada en Miami, Gloria Stefan.

[2]. Conjunto de dj´s con equipos de música portátiles que se popularizaron en Kingston, Jamaica, desde los años 50, convirtiéndose en una pieza importantísima de la cultura popular en la isla.

[3]. Funcionando con el software Beat Machine Amateur –Kapslowy sekwencer muzyczny–, desarrollado por Marcin Walesa, Krzysztof Wojtas y Jan Mazurczak.

[4]. Reproductor de sonidos pregrabados.

[5]. Conocida sala de conciertos de la ciudad situada en el 5501 de la Northeast 2nd Avenue, en el distrito de Little Haiti.

[6]. Karma Car Wash. 7010 de Biscayne Boulevard.

[7]. Jimbo´s es un lugar bien conocido en Miami por haber sido localización en series como Flipper y por reunir cada día a un heterogéneo grupo humano en un ambiente situado en el límite entre una chatarrería, un club social ilegal y una choza en el pantano.

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